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Chaya Mari: Colección de joyería contemporánea


Chaya Mari (“diez ollas” en mapudungun) es una colección de joyería contemporánea mapuche realizada por la agrupación Plateras de Mariquina con el apoyo de la Fundación Artesanías de Chile un prendedor, tres collares y tres aros, inspirados en las diez ollas presentes en el escudo de la localidad de Mariquina y que representan a las primeras familias que habitaron este territorio. (Fuente Artesanías de Chile)


Las mujeres detrás de esta colección

Aunque tradicionalmente la platería mapuche ha sido un oficio de hombres, traspasado por generaciones por los rütrafe (“plateros” en mapudungun), las Plateras de Mariquina lo aprendieron en 2008 gracias al maestro Reimundo Cona. Luego, a través de capacitaciones realizadas por Fundación Artesanías de Chile y el programa Proartesano, las artesanas desarrollaron la Colección Chaya Mari en conjunto con la diseñadora María Paz Cuadra, creadora de la marca de joyas Zurda.


La Cocreación como parte del proceso creativo

El trabajo de María Paz Cuadra con las Plateras de Mariquina se basó en co-diseñar, crear de manera conjunta y colaborativamente junto a este grupo de mujeres artesanas.


Conversamos con María Paz para saber un poco más del proceso detrás de esta colección de orfebrería contemporánea.


¿Cómo fue que llegaste a trabajar con este grupo de artesanas?

Me contactaron desde la Fundación Artesanías de Chile en mi rol como orfebre para que les hiciera una tutoría y una clínica de diseño a este grupo de plateras que trabaja juntas hace más de diez años juntas. Ellas comenzaron su trabajo luego de asociarse para tomar una capacitación que en ese entonces lo daba Sercotec y a través de un profesor les enseñó la técnica de la platería mapuche.


Desde la fundación hicieron una búsqueda de artistas y diseñadores con el fin de agregar valor en el diseño de éstas piezas artesanales, otorgándole un toque contemporáneo, alineado con los objetivos de la fundación que es apoyar artesanos y artesanas con el fin de mejorar sus canales de comercialización, apoyar la cultura patrimonial de un territorio especifico.


¿Cuál fue tu principal desafío?

El desafío no era nada de fácil, el objetivo era crear una colección que fuera innovadora, representativa de la región y del territorio donde se diseñan estas piezas, que va más allá de la tradición de orfebrería Mapuche, ya que ésta es más característica de la región de La Araucanía. El desafío sobre todo era crear una colección que las identificara como grupo. Fueron varios meses de trabajo donde poco a poco a través de conversaciones fuimos encontrando objetos de la vida cotidiana que iban cobrando sentido.




¿Cómo fue el proceso de búsqueda de la identidad de la colección?

En nuestro primer encuentro fue para conocernos, empatizar con ellas, conversar, saber sus necesidades, sus creaciones, sus historias de vida. Poder entender más de sus tiempos de fabricación, en cuanto las vendían, su rutina de trabajo, entre otros. Por mi lado les hice breve introducción sobre qué es la joyería contemporánea y sus elementos.


Fuimos haciendo algunas actividades en base a la metodología de design thinking y la tarea del primer día fue que pensaran qué objetos y conceptos las identificaran tanto su trabajo, como su origen, su rutina y la cotidianidad. Al día siguiente fueron varios los conceptos que se repetían: campo, cocina, ollas de hierro que sus ancestros las usaban para cocinar y ponían en el fuego y siempre estaba presente en el día a día, cosechas, gallinas, peces por tratarse de un lugar cercano al mar.

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Poco a poco la olla de hierro de tres patas fue cobrando sentido para el grupo.y resultó ser que el escudo de San José de la Mariquina tiene 10 ollitas, porque son 10 las familias que fundaron el lugar, cada olla representa a cada una de las familias fundadoras.


¿Cual fue el resultado?

El resultado fueron aros y collares de distintos tamaños, que rescatan una técnica tradicional mapuche que es el martillado, que es esa textura que pueden observar en las piezas, también los collares tienen la cadena que rescata elementos de la técnica mapuche y los aros usa el agarre del chagüay, que las fuimos mezclando con técnicas contemporáneas de orfebrería moderna.


¿Qué significó para ti poder compartir tus conocimientos con la comunidad de San José de la Mariquina?

Para mí como orfebre fue una experiencia muy grata, fue la primera vez que pude trabajar en el territorio junto artesanas de platería y verlas desarrollar su propia colección para artesanías de Chile, fue todo un desafío como grupo con un bonito resultado. Realmente me siento orgullosa del resultado que logramos.


Es de las colecciones que más se venden dentro de la red de artesanías de Chile y se cumple uno de mis objetivos personales que las artesanas puedan tener un ingreso justo y vivir de él.


¿Cuales fueron los grandes aprendizajes y que mitos rompiste de esta experiencia?

Uno de los grandes aprendizajes que observé en este grupo fueron los diferentes instancias que iban ocurriendo en el proceso creativo, al principio surgió cierta incertidumbre por hacer un producto totalmente distinto, habían ciertas inseguridades del producto final y poco a poco vi a las artesanas familiarizarse y empoderarse con esta colección, se fueron dando cuenta que esta colección les pertenecía y no era de otra persona sino que de cada una de ellas.


¿Cómo fue la metodología utilizada?

Para mi lo más importante era poder desmitificar que yo llegaría a enseñarles algo, sino que en base al trabajo colaborativo pudiéramos buscar una colección que las identificara, que representara su identidad geográfica, entregándoles un sentido de pertenencia, todo gracias a un proyecto en base a la colaboración y co-creación.



Para crear cada pieza, las artesanas se surten de plata en granalla: bolitas del tamaño de un grano de arroz, que mezclan con cobre y exponen a temperaturas altas y controladas, hasta fundirlas y convertirlas en láminas. Después de dibujar a mano alzada el diseño sobre la lámina de plata, con una herramienta similar a un cincel las artesanas marcan los bordes, cortan con una sierra y pulen. Algunas piezas son trabajadas con la técnica de la forja; en otros casos, añaden delicadas incisiones o diminutas varillas. Esto le otorga a sus piezas la forma curvilínea de un colgante, ya sea un collar o unos Chaway, aro tradicional mapuche que representa a küyen (la luna) y su relación con el ciclo femenino.

(Fuente Artesanías de Chile)


Cuéntanos un poco más de lo que es Zurda, cómo podemos adquirir parte de tus colecciones

Zurda es una marca de joyería contemporánea, 100% a mano, con materiales nobles y altos estándares de calidad. Nuestra producción es a baja escala ya que nos preocupamos de cada detalle, desde el diseño de una joya, la recolección de los materiales, hasta la entrega a nuestros clientes.


Nos puedes encontrar en Tienda Camille o en nuestra web www.zurda.cl






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